Año 1946, ni rastro de Intentet y con un sistema de radio y televisión de lo más primitivo. Mantenerse informado de la actualidad inmediata deportiva resultaba una Odisea en cualquier lugar del mundo, excepto en Bilbao. Todo gracias a sus míticas palomas mensajeras.
Fuente: conocebilbaoconesme.es |
Fuente: eldesmarque.com |
Debido a esto, un vendedor de lotería de la época de nombre
Remigio López (más conocido como “el Morito”) tuvo la genial idea de utilizar
palomas mensajeras como medio de comunicación para mantener informado a los
enfermos de Santa Marina. En este sanatorio, situado a las afueras de Bilbao, en
el monte Avril, se encontraban ingresados un gran número de aficionados
rojiblancos, la mayoría a consecuencia de la tan dañina
tuberculosis por aquellos tiempos.
El mecanismo era el siguiente: las palomas eran trasladadas
a La Catedral el mismo día de partido en cajones rojiblancos de madera ventilados, para que pudiesen respirar, y cada
vez que había un gol una de ellas era liberada al sanatorio. Entrando en detalles, cuenta
la leyenda que si el gol era del Athletic, la paloma liberada era blanca. En
caso contrario, negra.
Fuente: todocoleccion.es |
El proyecto se puso en marcha por primera vez en la
temporada 1946/47. Con el tiempo, este fue perfeccionándose a través de
anillas. Estas eran atadas a una de las patas de los animales junto a un papel
en el que los enfermos eran informados acerca del resultado inmediato y del
goleador.
Fuente: Athletic-club.eus |
Como anécdota, cabe destacar que no era nada fácil calcular el número de aves que se necesitaban debido a la capacidad goleadora del equipo rojiblanco. Ejemplo de ello, se vio el 18 de mayo de
1947 cuando, en una eliminatoria copera ante el Celta de Vigo, Gaínza soltó un
total de ocho palomas dirección Santa Marina. Aquel partido terminó con 12-1
para los bilbaínos.
Autor: Miquel Quintana Iglesias
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