Pese a que gran parte de las nuevas generaciones no lo sepan, la Real Sociedad alcanzó las semifinales de la Copa de Europa en 1983.
Fuente: Real Sociedad |
Algo prácticamente inimaginable a día de hoy, dada la exigencia que requieren este tipo de torneos, con los clubes económica y deportivamente más poderosos de Europa. La "no-clasificación" para la final siempre será una espina clavada en la afición donostiarra, ya que los pupilos de Alberto Ormaetxea estuvieron a punto de rozar el éxito. Sin embargo, el Hamburgo se cruzó en el camino de una Real que venía de ganar dos ligas (81 y 82).
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Un hueso duro de roer
Tras haber superado al Vikingur islandés, al Celtic de Glasgow y al Sporting de Lisboa, campeón portugués en aquel entonces, el Hamburgo alemán, uno de los equipos más duros de la década visitaba Atotxa con la esperanza de llevarse un resultado favorable para la vuelta.Sin embargo, los alemanes volvieron a casa con un empate (1-1), y buscarían la clasificación en su propio campo. Se presentaba la Real en tierras germanas con cuatro bajas fundamentales (Iñaki Kortabarria, Agustín Gajate, Jesús María Zamora y Jesús María Satrústegui) y con la esperanza de alcanzar la final, algo muy difícil en esas fechas, y casi imposible a día de hoy.
El encuentro de vuelta acabó con 2-1 en el marcador, con el que el Hamburgo lograría el pase a la final. No obstante, el conjunto donostiarra compitió de tú a tú, empatando la eliminatoria con un derechazo de Diego, hasta que en el minuto 84', Von Heesen, en claro fuera de juego, sentenció con su gol el encuentro.
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Fuese justo o no, la Real Sociedad estuvo a un paso de lograr una de las hazañas que más se recuerdan en Donostia, pero que los aficionados más jóvenes desconocen.
Autor: Sean Ituarte
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